El plástico se ha convertido en uno de los materiales más utilizados a nivel mundial desde la década de 1950. Esto, gracias a su versatilidad, adaptación, infinidad de usos, ya sus múltiples propiedades. Convirtiéndose así, en uno de los elementos predilectos de diversos sectores productores.
Gracias a este auge, el plástico puede ser encontrado en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida diaria. En un sinfín de formas y presentaciones.
Por ejemplo:
• Polietileno (HDPE) (alta densidad, baja densidad, lineal de baja densidad, etc.):
Es utilizado para crear diversos productos como: bolsas, envoltorios de plástico adherente, botellas flexibles, juguetes, tubos, envases para jugo, leche, etc.
• Polipropileno (PP):
Soporta altas temperaturas, y puede encontrarse en: accesorios para automóvil, envases para yogurt, recipientes para comida y envases reutilizables.
• Cloruro de Polivinilo (PVC):
Se utiliza mayormente en ámbitos específicos como la construcción y la medicina. En la elaboración de plásticos flexibles para aparatos médicos, y para recubrir suelos, techos, o bien, aislar cables eléctricos.
• Poliestireno (PS):
Puede adaptarse muy fácilmente. Desde productos térmicos (vasos de café), hasta para productos duros como ganchos, cubiertos, estuches, rastrillos desechables, etc.
• Tereftalato de Polietileno (PET):
Esta variante, es implementada principalmente para líquidos envasados como gaseosas, leche, jugos, químicos, etc. Es uno de los plásticos más populares a nivel internacional.
Como se ha demostrado, el plástico tiene un lugar y función, fundamental en la vida cotidiana de todas y cada una de las personas. Desde un pequeño envase, hasta autopartes y equipos médicos complejos y esenciales para el sector salud.
Reafirmando su importancia y su infinidad de aportaciones en la actualidad.